lunes, 15 de octubre de 2012

Septiembre 10 ...flis...


María...
A todo esto María comenzó a vivir, se permitió conocer a otras personas, se permitió tener relaciones intimas, las disfruto, se observo femenina, se observo deseada, se observo enferma de desamor... y quiso querer... Y queriendo querer encontró a Gabriel...
Las charlas con Gabriel fueron seduciendo su alma ávida de emociones y su cuerpo despertó del letargo de años sin pasión ni deseo.



"Anda, mira...
Sorpresas te da la vida... Fulminante, intenso, inacabado, abierto, sorpresivo, amable, loco muy loco...esto que he sentido. Resucitar a la vida, resucitar mi sexo, resucitar mi corazón, resucitar mi ser. Vaciarme de la nada y llenarme de mi misma, de lo que quiero sentir.
Descubro Amor, sí , amor ¿es posible? Entrega total, apego, emociones a flor de piel.
Vibraciones a raudales, y en mi entrega sin espera tiembla todo mi cuerpo.
Ahora sé, sigo pidiendo cariño, no soy " su alguien"... y a pesar de ello, o gracias a ello, soy capaz de agradecer lo vivido. Este amor tiene otra cualidad, otra calidad, otro matiz. Lástima...¿llegué tarde?.
Proyecto mi búsqueda, que no es tal. En el universo hay "ese" alguien, que esta ahí, esa persona, ese hombre que tiene todas las cualidades que me gustan ..."

María despertó sus ganas de vivir a través de Gabriel, necesitaba sentirse deseada  y su primer encuentro fue lo esperado por los dos, complicidad a raudales, miradas amables y sensuales, la atracción que sentían era mutua.
Gabriel bajo de su coche atónito, las carpetas cayeron al suelo, María lo ayudo a recogerlas con una mano mientras que con la otra mantenía la manzana que se estaba comiendo. Le hizo gracia, nunca había causado situación similar en ningún hombre. Caminaron por el paseo marítimo mirando el mar, mirándose de soslayo hasta que  se sentaron en uno de los chiringuitos al lado de la playa. María se sentó a la izquierda de Gabriel, él se quito la gorra y las gafas. Sus miradas se encontraron y ya no hizo falta mucho mas, la atracción era evidente, María respiro profundamente, gesto que agrado a Gabriel. Entre charlas y miradas escuchaban el vaivén del mar, el sonido hipnotizante de las olas,los silencios,  la brisa en sus caras, el roce suave de sus manos, Gabriel miraba insistentemente los labios de María, ella no evito las miradas. Cuando salieron de allí, Gabriel, en un arranque de deseo y pasión, volteo a María enlazando sus bocas en un intenso y deseado beso.
María disfruto de su sexualidad como hacía ya décadas que no sentía, con deseo, con pasión, con dulzura, con serenidad, sensualidad y confianza. Gabriel ilumino sus días por un tiempo, un tiempo muy corto, muy intenso y también muy consciente. La despedida fue agridulce, un beso y un mensaje.


2 comentarios:

Cristina dijo...

OHHHHHHHHHHHH!
Me gusta ese giro

Pausa dijo...

Sí!!! Ohhhhhh!!!! jajajjajaja