lunes, 30 de abril de 2012

sábado, 28 de abril de 2012

Calendario de Luna 5

V

Las 23:40 h. María y Raúl se tienden en la cama. Él bosteza, ella se levanta, ha olvidado lavarse los dientes. Cuando vuelve a la cama Raúl ya duerme. Ella lo mira y se tiende a su lado, se arremolina en su costado, siente el calor de Raúl, pero él ya no esta.

¿Qué tempestades azotan de nuevo mi ser?
Siento que te pierdo, cada nuevo paso que das, invade mi alma, inundándola, perforándola, quebrándola...
Mañana será otro día mas, pero mañana no te veré, te negaré por tres veces, por cinco, por siete... quizás luego me arrepienta, pero que mas da, si quiera un minuto habré volado, habré encarcelado mi ser amante, mi razón enamorada, mi instinto sediento para poder SER.
Hace tanto, tanto... que no recuerdo cuando empezó esto y sin embargo deseo ser justa pero me supera esa mierda de niño depredador, de lo cruel inocente que llegas a ser cuando estas conmigo.
Y desperté, y te vi recostado en mi almohada y desee por unos instantes tenerte prendido del firmamento, y vi en tus labios mis mentiras.






martes, 24 de abril de 2012

Calendario de Luna 4

IV

Pasaron los años, decidieron tener un hijo, María convencida, Raúl porque era lo que se esperaba de él, su alma ávida de amor creía que ese niño sería la copa donde verter lo que a él  le habían escatimado. Difícil empresa enseñar y demostrar lo que uno no ha vivido, mas si cabe cuando no eres consciente de ello.
Así y de a poquito, María le dio todo el cariño del que era capaz y quiso comprender y quiso entender y quiso querer.
Escuchaba de boca de suegros y cuñados la infancia de Raúl, una infancia marcada por férreas disciplinas,en donde atado con una cuerda al portal, la única amplitud de miras a las que podía aspirar Raúl era a subir una y otra vez las escaleras del rellano, sin mas vistas que unas estrechas paredes y dos puertas, una, arriba, de madera, que daba acceso a la vivienda y que permanecía cerrada, y la otra, abajo,  de aluminio acristalado , cerrada también, y que daba acceso a la calle y con vistas al portal vecino.
 Tardes en que la soledad era tan profunda para un niño de tres años que su alma cayó a un  profundo pozo,  sus ojos negros anhelantes gritaban lo que su boca hilvanada no podía pronunciar. Ansiaba la calma del pecho materno, su alma ávida reclamaba la presencia de una madre ausente.
Raúl creció escuchando los reproches ante una mancha en el pantalón, motivo de requerimiento al orden; en donde un canto, una melodía o una voz mas alta que los vecinos pudieran oír era motivo de amonestación verbal o bien castigo con multiplicaciones y divisiones interminables.
 Y creció...a pesar de esas tardes soporíferas ansiando la libertad que sentía cuando se le negaba el disfrute de atardeceres soleados.
La de María, sin embargo, fue una infancia de amplitud de paisajes, veredas y campos verdes, riachuelos, naturaleza sentida...buscando  tesoros escondidos entre los naranjos, sintiendo los surcos de la tierra removida bajo sus pies subida en el arado, paseando al anochecer persiguiendo las pequeñas luces de las luciérnagas, contemplando absorta del revoloteo de los colibrís, jugando entre los barreños de agua y jabón, la manguera y la tierra en esas  tardes de verde esmeralda, amarillo limón y marrón anaranjado, tardes que compartían con amigos y primos retozando cual gorrinillos, observando aquella nube de algodón amarillo pálido correteando a un lado y otro del corral, aquellos polluelos eran sin duda toda un acontecimiento...
 Y María era sensible... sus ojos rezumaban alegría, curiosidad y contemplación; la suya había sido sin duda una infancia libre.
Tanto Raúl como María deseaban ese hijo, vivieron el embarazo de una forma expectante y feliz,  poco sabían que sus diferentes infancias habrían de surcar un abismo en sus vidas. Ese hijo sería motivo y excusa para ahondar mas en su desapego y en sus diferentes concepciones de vida, en un diferente proyecto de vida que de vez en cuando encontraban de a suerte algún momento de intersección, que no era un proyecto común y tampoco tangente.
La distancia entre ellos se hizo insalvable. María siguió escribiendo textos que nadie leía...

¡¡¡¡Socorro....!!!! ¿ Y ahora qué? ¿ Qué pudimos hacer y no hicimos? Qué pasa cuando ya todo pasó, cuando sólo queda el recuerdo de una memoria sustantiva, jerarquizada y absurda, cuando lo único que deseas es esa monótona cotidianeidad, esas tardes pesadas y bulliciosas abrumadas de sol desgajado e intenso. Cuando una música te invade la mirada y te extasias en un mundo sin espacio ni tiempo, donde la respuesta esta en el viento, ese viento que no sientes chocar en tu cara, ¿ qué pasa?.


Raúl se acomodo a una vida sin ímpetu, se acomodo a un trabajo que no le complacía y escudo su miedo bajo las interminables bolsas de pipas con las que seguía escondiendo el dolor cicatrizante de ese ombligo que le perseguía desde la infancia y del cual no quería o no sabía desenredar. Raúl quería seguir siendo niño. Y ese hijo venía una vez mas a confirmar su anhelo de amor, no quería compartir ese amor, lo quería para él, quería ser el centro, quería perpetuarse en su propio ombligo.
María volcó sus ansias en la pintura, y a través de ella se hizo consciente de sus debilidades, de sus alegrías, de sus grandezas, de sus amores y de sus tristezas...y aprendió.
Pero el estigma familiar y su propio miedo le impidieron ver, o no quiso ver lo que realmente deseaba. Se engañaba una y otra vez, dando todo el cariño del que era capaz a Raúl, pero en su relación, una y otra vez se topaba con un muro infranqueable...

Por mi, por ti, sal, tormenta, cruz latina, sal de ahí. Deja te, olvida te, no eres lo que ellos quieren que seas, no eres lo que quiero que seas, eres tú, olvido, dejadez, miedo, ojos negros, mirada triste, labios perversos, sal, sal, sal...
¿Qué haces aquí? ¡ venga ya!

Hoy, en la radio han puesto una canción... me ha gustado mucho.

“ Nunca vuelvas a pensar que lo nuestro no tiene solución
porque vamos a excavar un pozo negro en el cielo.
Porque vamos a trepar tierra adentro
Vamos  a luchar hasta caer muertos.
Y al final en la habitación
Sólo se escuchará el eco de un jadeo
Y un suave perfume
Que tú y yo solo sabemos apreciar.
Nunca vuelvas a pensar que lo nuestro no tiene solución
Porque vamos a trepar tierra adentro
Vamos a luchar hasta caer muertos.
Y al final en la habitación
Sólo se escuchará el eco de un jadeo”.

Para Raúl, María se convirtió en madre, dejo de ser la mujer apetecible, sexual y amante. La encumbro en un altar que ella ni quería ni merecía. María estallaba sus ganas en los lienzos, limitaba los jadeos atravesando el tiempo y el espacio con los colores, con los empastes, con los trazos... sus cuadros se tiñeron de rojos, de amarillos, de naranjas...la vida le pasaba a borbotones y él tan cerca, pero tan lejos...

Cansancio




domingo, 15 de abril de 2012

Calendario de Luna 3

 III

Enlazaron sus vidas siguiendo todos los cánones estipulados por la devota familia de Raúl.
 María pensando que lo suyo era un acto de amor, pensando que acceder a tal despropósito de su sentir era la renuncia mas sublime, renunciar al propio sentir en beneficio del otro, estigma que generación tras generación soportaban entre querencias y desamores,  tatuado a fuego en el alma de todas las mujeres de la familia, habían aprendido a renunciar creyendo que así su cariño era mas verdadero.
A pesar de las dudas que María sentía siguieron los prolegómenos... Los disfraces de felices novios, el de él con fajín y pajarita, todo un dandy de patas cortas y brazos largos; el de ella, emulando los trajes chaquetas de los años 50, de color marfil, como su anacarado rostro, presa del pánico mas absoluto; el casamiento en la parroquia del barrio, el ramillete de flores de manos del padrino, el restaurante, los doscientos invitados, los familiares venidos del pueblo, el baile, la tarta nupcial, las laticas anudadas al coche, los regalos, los cigarros y los puros, las alegrías y el jolgorio de familias y amigos...
Pero María se debatía en un mar de dudas; aquella mañana decidieron pasear por el bosque, unas horas de oxigenación no vendrían nada mal para semejante acontecimiento, ella no era dada a grandes multitudes , ni quería ser el centro de las miradas.
 Esa misma mañana, escuchando los pajaricos  y el rumor del agua "dels Caus", inspirando el perfume del romero y de los pinos, sintiendo que todo su ser se estremecía, comunico a Raúl su intención de no casarse.
 Inocentemente creyó en Raúl, él, vertió sobre ella todo el magnetismo del que era capaz, desplegó todas sus armas ante la afrenta que suponía  un fracaso. La  inconsciencia de María  impidió que se diera cuenta que realmente lo que sentía por Raúl era tan simple como disfrutar de su sexualidad y acallar un miedo atroz...
Aquella tarde, fueron el centro de las miradas, y muy a pesar suyo, María lloró . Raúl en cambio disfrutaba de cada uno de los halagos, de las palmaditas en la espalda  y de las miradas de aprobación, por una vez en su vida conseguía el beneplácito de su familia, por una vez conseguía destacar sobre sus disciplinados hermanos, por una vez conseguía acatar las normas sociales de su tan distinguida y recta familia, por una vez en su vida era importante, era él.
Los invitados observaban las lágrimas de María, interpretaron que su felicidad era tan arrolladora que no podía contener su llanto. Nadie supo, ni ella misma hasta muchos años después, que sus lágrimas eran tinta vertida sobre papeles escondidos donde transmutar  tristezas, desencuentros, amargura  y dolor de un futuro todavía por suceder.
Esa noche, de luna de miel, María tuvo un sueño...


Y sin embargo, a veces, en la monótona mirada a través del espejo, mirando al exterior me reconozco y olvido  ¿ Es cierto este sentimiento? Es una necesidad.
 En qué callejas nos metimos y perdimos la vida  a punto de empezar, a qué vuelven esas calles, esas luces tenues y esas sombras rojizas de las farolas, ese temor afilado y sangriento.
Evocación de un pasado que no sé y que vuelve a retornar nos la vida que perdimos, sin quererlo ya, sin desearlo, solo rememorando algo lindo que no tuvo tiempo de marchitarse, pero que vuelve para pudrirse y deshacerse en un futuro lejano todavía...

La fuerza de la naturaleza pudo mas...




Remembranzas


Pequeña niña triste

Esta mañana me siento cansada...

 Os dejo esta preciosa canción de Janis Joplin,  "Little girl blue".


jueves, 12 de abril de 2012

Calendario de Luna 2

II
Raúl y María siguieron viéndose a escondidas, pareciera un amor prohibído, nada había que limitase sus ganas de estar juntos, de proclamar su amor a los cuatro vientos, pero algo había que les impedía tanto a ella como a él reconocer, reconocerse.
María se debatía entre el deseo y el amor...

-Ahora ya te lo puedo decir, sin temores, sin ausencias, sin palabras...
 Todo queda o todo pasa, incertidumbre...
 Pero tú, con ese aullido insondable, que tristeza de hecho que no ha de borrar el alma mas que con la certeza de una estrella, de una lágrima, pretensiones humanas...
 Sexualidad incipiente, inesperado, insospechable, génesis con final, posteridad incierta, efímeras carantoñas de papel.-


Raúl estaba ocupado, se miraba el ombligo a través de los cristales de las gafas de sol que María le había dejado sostener mientras ella amordazaba su alma a un pozo sin fondo. Él era ajeno a todo lo que María sentía, y ella guardaba celosamente su sentir mientras Raúl  hilvanaba con inusitado celo, ahora del derecho, ahora de revés, cada uno de los puntos de cruz con los que intentaba ocultar esa suerte de despropósito que era su ombligo. Diría se que incluso se jactaba de las cicatrices que una infancia despechada habían dejado en él, recuerdos manipulados por una suerte de amor maternal que suplía su hambre de reconocimiento con unas tetas rollizas donde saciar a dentelladas su alma. 
María le escribía letras que nunca le enseñaba.


-Me atrapas, me amordazas y me dejas, te dejo, me rindo, no quiero, despierta, despierta, despierta, tengo miedo, siento que te estoy perdiendo...
"Vaz...a quaer muuuuuy lejos, tan lejos, que ze haze difisil tu camino."
 ¿Podrás reconocerme en las carantoñas de papel? 




miércoles, 11 de abril de 2012

Calendario de Luna 1

I
Aquella mañana, quedaron en verse en el parque, eran ya asiduos tertulianos, aunque Raúl siempre prefirió el crujir en sus dientes y el sabor salado de las pipas en su lengua a las conversaciones con María.
Era una mañana primaveral, los rayos del sol se colaban a través del follaje de los pinos, despuntaban los brotes de los cerezos, las risas de los niños, y las miradas de los ancianos ante aquel esplendor primaveral eran el comienzo de un día que presagiaba hacia donde iban a transcurrir los hechos.
María  pensaba que sus vidas estaban enlazadas impunemente, sin previo aviso, con la sagacidad de un ave de rapiña nocturna, Raúl se había colado en su ser hasta las entrañas, su deseo era voraz y almidonado de falso amor, y a pesar que siempre tuvo claro que  era algo efímero, dejo que Raúl hilvanase poco a poco su gran tela de araña.
Su piel se precipito al vacío del sentir y en el pozo de los sentimientos intento encontrar las lágrimas derramadas de Raúl.
Fue la memoria de una pasión sustantiva, implícita, jerarquizada y absurda.
 Doscientos besos a escondidas, miradas de deseo, gestos de ternura y el miedo a embarcarse.
_ Te quiero, me gustas, te gusto...no sé... no sé... ya he sufrido, no quiero volver a sufrir, pero...no, no... ¿te ves conmigo? Que absurdo, soy un crío, no sé lo que quiero, bueno, sí que lo sé, pero es mas cómodo fingir que no lo sé, pasar de todo y no decirte nada.
_ Te siento cerca, tan cerca que podría estallar de felicidad, pero tan lejos, tan lejos... lo que hemos iniciado no puede quedar a medias, te has comprometido, nos hemos comprometido y hemos de salir de esto, aunque luego todo pasa o todo queda...

                                    

sábado, 7 de abril de 2012

Redes...

Pues eso...
Parca de palabras. Suelo ser extremadamente educada, ¿en exceso quizás? Seguramente es así, y ya toca declararme en rebeldía ante las injusticias.
Y después de la trifulca...pues...
Respira...respira...¡ leches! ... respira, venga ya pasó, serénate, serénate...cuelga algo en tu puñetero blog, vomita, o mejor, transforma la rabia, la impotencia, el descontento, en algo que no comprima tus tripas, tu bienestar, tu ser...
¡ Ostras...! , necesito verde oliva, verde lima, verde limón, verde esmeralda, verde azulado, verde, verde, verde corazón...para comprender, para perdonar, para querer... para comprenderme, para perdonarme, para quererme...
Para saberme guerrera, para saberme belicosa, para saberme reivindicativa, para saberme capaz, para saberme válida, para saberme...a pesar de todo.
Vamos a ello...

Ramaje

Follaje


miércoles, 4 de abril de 2012

Timón...

Navegando hacia los trigales...
....la que ríe, la que llora, la que apoya, la que nutre, la que alienta...ELLA, la confidente, la silenciosa, la que baila, la que canta, la que escucha, ..sin reproches, sin condiciones, sin lamentos...la maestra, la matrona, la curandera de rodillas ensangrentadas y corazones rotos, la trama cristalina que nos une a todos y a todos quiere.
Hoy te miro, hoy te veo, hoy siento y reconozco tu innegable poder, ya menguado, tu cansancio y sin embargo las gotas de amor que viertes sobre nosotros son de una belleza comparable a las gotas de rocío, ojalá vieras la hermosura de tu cuerpo, con sus redondeces, con sus debilidades, con sus cicatrices...poso de una vida plena volcada por y para los demás; es hermoso, belleza que percibo en cada uno de tus pliegues, en cada una de tus arrugas, en cada una de tus varicosas venas, en tus jadeos entrecortados y de tus aparentes imperfecciones, belleza de una vida compartida a raudales.
Sí, ya sé, pensaréis que escribo desde la emoción y seguramente sea así, pero descubro hoy la belleza de ese cuerpo ya ajado por los años, y descubro la belleza de una mujer valiente.
Madre, eres hermosa, y por ella estas líneas, y por ella este dibujo,  navegaré por los trigales en los que ella correteaba de niña, navegaré con los ocres, amarillos y naranjas de esa tierra que tan bien conocen sus ojos, navegaré sintiendo como las espigas doradas inundan mi ser, navegaré posando  la mirada en el horizonte de esas tierras secas donde perdimos las raíces.

Los Miajuelos
Y para acompañar, algo de esa tierra, una jotica preciosa, que si escucháis con atención os puede incluso recordar a las notas melancólicas de los fados. Y como no podía faltar Labordeta en este homenaje a mi madre, ahí queda "Somos" toda una reivindicación de la fortaleza y un canto a la esperanza.




domingo, 1 de abril de 2012

Qué cosas...

Pues, no sé...jornada hospitalaria, la de hoy, la de ayer, la de antes de ayer, la de mañana, la de pasado mañana y quizás la de los próximos días.
Qué cosas...
 Victoria, 92 años y un cuerpo que se desgasta, que se consume , que se arruga y se repliega, y en cambio qué lucidez...Consciente de su circunstancia...
Pero sus ojos...cuanta tristeza y resignación, apenas si dos lágrimas contenidas ante la decrepitud de ese cuerpo que no acompaña, ante la certeza de la muerte, eterna compañera a la que negamos asiento, y a la que poco a poco vamos cediendo sitio hasta colocarla en asiento preferente, esperando, con los años ya vividos, con la vida compartida y ahora ya en soledad...
Qué cosas...
Antonia, 72 años, vecina de cama de Victoria, cuerpo cansado ya de tantas batallas al igual que su alma...
Consciente de su circunstancia...
En sus ojos...aceptación, y en su empeño lucha...como toda su vida...corriendo de pasajera en una moto que no conduce, huyendo de la muerte, que le pisa los talones...En  sus ojos, tal vez ya cansados, no sé ve ese destello infantil y picaron de haber escapado de una buena...
Qué cosas...
Podría enumerar uno tras otro, para llegar a ninguna conclusión, para disertar sobre la vida y la muerte, sobre que diantres hacemos aquí, pero el cansancio y el hecho de que no encuentro respuestas me apabullan el entendimiento, así que lo mejor será descansar.


 Descansar, como la luz al atardecer...

Montserrat