Raúl y María siguieron viéndose a escondidas, pareciera un amor prohibído, nada había que limitase sus ganas de estar juntos, de proclamar su amor a los cuatro vientos, pero algo había que les impedía tanto a ella como a él reconocer, reconocerse.
María se debatía entre el deseo y el amor...
-Ahora ya te lo puedo decir, sin temores, sin ausencias, sin palabras...
Todo queda o todo pasa, incertidumbre...
Pero tú, con ese aullido insondable, que tristeza de hecho que no ha de borrar el alma mas que con la certeza de una estrella, de una lágrima, pretensiones humanas...
Sexualidad incipiente, inesperado, insospechable, génesis con final, posteridad incierta, efímeras carantoñas de papel.-
María le escribía letras que nunca le enseñaba.
-Me
atrapas, me amordazas y me dejas, te dejo, me rindo, no quiero, despierta,
despierta, despierta, tengo miedo, siento que te estoy perdiendo...
"Vaz...a
quaer muuuuuy lejos, tan lejos, que ze haze difisil tu camino."
¿Podrás reconocerme
en las carantoñas de papel?
4 comentarios:
Ese Raúl vive en la inconsciencia, en la comodidad del ego y del victimismo . Está dormido. No ha podido, no ha sabido, no ha querido despertar.
María despierta, observa, descubre, sabe y se hace muy muy consciente aunque a veces duele. Crece, se hace responsable y poco a poco más fuerte .
Completamente enganchada a la historiaaaa!!!!
Raúl está dormido, sí, ¡cuantas veces dormimos para no dolernos!
Aunque prefiero la lucidez de María, aunque, como bien dices, a veces duele.
¿en serio? Enga Esti!!! ahí!!! jajjjaja subiendo peldaño a peldaño mi ego, jajajajaja
Gracias!!!Prometo una tercera entrega, una cuarta y hasta una quinta entrega...la historia continua...
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