En qué estrella estarás... cual es la cualidad del perro, su lealtad, es su esencia, su poder el corazón y su acción es amar. Es la lealtad la que te ata, o es el amor, o el lo mismo, y donde me sitúo yo. ¿Como puedo amarte en la distancia, sintiéndote, si, las palabras sobran, y sin tenerte te deseo toda la felicidad y libertad del mundo; mi corazón se rompe en mil pedazos. ¿como hago para ser libre? ¿Y si mi libertad es esta? Admitir y aceptar estas mis pequeñas y amadas cadenas?.
Y Yo, tierra roja, con la esencia de la sincronía, con el poder de la navegación, como hicieran mis antepasados, los quinquilleros, los nómadas modernos, y con la acción de evolucionar. ¿Cómo evoluciono? Rompo las ataduras y me sumerjo en la mas absoluta soledad, en el vacío mas aterrador y acogedor al mismo tiempo.
¿Cuales son las cosas que tengo que replantear en mi vida? la principal ahora es mi relación matrimonial. No me nutre, ni me llena y sin embargo siento una profunda ternura por mi pareja, un profundo agradecimiento por el amor recibido. Es difícil marcar un punto y final a alguien que utiliza como estrategia el victimismo, el pobre de mi. Pero siento que mi energía se esfuma, pierdo mi poder, me auto limito delante de estas estrategias. Y descubro que son las mismas estrategias y manipulaciones que yo utilizo.
¿Es esta mi sombra? Y si soy consciente de ello...¿como hago para abrazar esta mi sombra, aceptarla, y reconciliarme conmigo misma? Dejo de ser víctima, ¿soy ahora verdugo? ?ejerzo de verdugo si decido decir y hacer lo que siento?
Bueno, supongo que este ahora es mi camino...hundida en las profundidades de mi ser, de mi mente y me siento minúscula, ridícula, insignificante, poco valiosa, sin rumbo, sin saber que pinto en la vida. No quiero ser abnegada esposa, cuidadora familiar, cocinera, fregona, limpia cristales, recoge pelotas, lavandera, planchadora, abastecedora de halagos sin sentido...
Me estoy consumiendo, incluso mi hijo se ha dado cuenta...
¿Porqué una y otra vez me siento extraña de esta realidad que me toca vivir?
María escribía una y otra vez, una y otra vez, una y mil veces mas...cuantos días fueron no lo supo, cuantos meses tampoco supo, lo cierto es que un día se dio cuenta que estaba escribiendo obsesivamente la misma historia que obsesivamente vivía una y otra vez.
María contemplo como Raúl se alejaba cada vez mas, y como ella también se buscaba en otros lugares y con otras gentes, en cursos y terapias, él escapaba a otros lugares y con otras gentes, en grupos de ayuda en países menos desarrollados y en grupos de cultura popular.
En medio de este sin sentido Diego y Claudia crecían con la mirada atenta de María, y el hastío de Raúl.
María aprendió y puso en practica lo que aprendía con sus hijos , con Raúl, con los abuelos, con amigos.
Mientras tanto Raúl se sumía cada vez mas en la desidia de una vida que no le complacía...
Ese año, en el que María a pesar de todo seguía confiando y creyendo en Raúl, le propuso apuntarse en alguna organización no guvernamental, le propuso ampliar su currículum, le propuso ponerle en contacto con el grupo de una compañera del trabajo, un grupo de cultura popular, " els diables". Le propuso tantas y tantas cosas...quería recobrar al joven del que se había enamorado, quería ayudarlo a salir de esa monótona quotidianeidad en la que el tiempo nos sume después de tantos años juntos , quería avivar su mirada, asaltar su alma por sorpresa...pero Raúl ya no estaba, Raúl ansiaba otros reflejos, ansiaba otras latitudes, deseaba salir de la monotonía, pero no estaba dispuesto a perder nada de lo que hasta ahora tenía...
Raúl hizo un curso de instalador de aires acondicionados, aunque finalmente siguió con su trabajo monótono y aburrido sin mas expectativas que ser siendo la cotilla del jefe de la empresa y el repara tornillos de máquinas ya caducas.
Se puso en contacto con el grupo de diables, se integro en la dinámica del grupo, pero aún así algo le faltaba, o eso le hacía creer a María.
Ese verano antes de partir a Nicaragua, Raúl y María invitaron a casa a los compañeros con los que viajaría, y los invito a la festa major de la ciudad, actuaba con su grupo de diables.
La noche se presentaba luminosa, las calles engalanadas y sedientas de alegría, los niños sonreían, los mayores se abrían a disfrutar de las fiestas, los amantes buscaban sus bocas, los ancianos recordaban la última vez que sus achacosos cuerpos dieron rienda suelta a sus ganas de vivir. Todos miraban los fuegos centelleantes de las horcas, las fauces del " bitxo" escupiendo fuego, luminosidad a raudales, solo se escuchaba el siseo de los petardos, las risas miedosas de los niños, y los tabales y gralles incitando a seguir el ritmo descoyuntando brazos y rodillas, aniquilando cualquier atisbo de ego...excepto el de Raúl... él se sintió el centro del universo...allí era observado, era el cargador del bitxo, era importante, era imprescindible, ¿quién si no podría hacer lo que él hacía? era el destinatario de halagos y elogios...
Mientras María se encargaba de Diego y de Claudia. Los siguieron por un rato hasta que Claudia reclamó un poco de agua, el olor a pólvora se le había incrustado en el paladar, necesitaba aclararse la boca y decidieron salir en busca de una fuente, o de un bar donde comprar un botellín de agua. En un momento de confusión se perdieron, y a la vuelta, la actuación había finalizado, por mas que María lo llamo para saber si cenarían juntos en algún bar, o parada ( es lo que se suele hacer durante las fiestas) Raúl no cogió el teléfono.
Esa noche apareció en casa tarde, muy tarde, y no pudo explicar a María...se había olvidado...
_ No oí el teléfono! Se me olvido que estabais conmigo! La fiesta acabo tarde!...
María se sintió enojada pero también se sentía culpable, sabía que él necesitaba avivar sus ganas, y ella no podía hacerlo, ya no lo quería como antes, la pasión había muerto. María soporto una vez mas la situación.
Ese verano Raúl se fue a Nicaragua, disfruto y olvido, bailo y olvido, voló y olvido, camino y olvido, volvió y olvido,...mientras María y los niños disfrutaron de unos días en la montaña, ella ansiando que su vuelta fuera real, los niños ansiando las explicaciones de lo que su padre allí había vivido.
La realidad fue otra...María, Diego y Claudia bajaron de la montaña, cogieron el coche en busca de su padre, querían recibirlo en el aeropuerto, tardaron tres horas en llegar, la pequeña paso el trayecto vomitando, Diego cantando de felicidad por el reencuentro con su aventurero padre. El avión no tardo en llegar aunque la espera fue mas larga, esas cosas de las aduanas... y ...allí estaba....Raúl apareció mas negro que los mismos negros, brillo en los ojos y radiante de felicidad, pero había algo en su semblante que a María la dejo perpleja, una especie de inquietud, algo parecido a lo que pudiera sentir una raposa enjaulada...
Ni siquiera se despidió de los compañeros con los que había compartido este trabajo-vacaciones alternativas, cogió de la mano a María y de un tirón suave pero contundente la arrastro hacia la terminal buscando la salida. Los niños lo seguían cual grumetes persiguen al capitán de un barco pirata.
Era tarde, llegaba cansado.
Los niños tendrían que esperar a mañana para saber las aventuras y desventuras de su padre en ese inhóspito país del cual nada sabían y del que esperaban las sorpresas vividas por su padre para vivirlas ellos también a través de su palabra.
La mañana se presento aciaga para María...La perplejidad iba haciendo mella en ella cuando Raúl le dijo que se iba a reunir con los compañeros de viaje, para compartir las fotos.
Raúl obvio el interés de sus hijos, no volvió hasta la tarde noche. Los grumetes sintieron que su capitán los había abandonado en el barco pirata, y que navegaban a la deriva en un mar en tinieblas y sin rumbo...
1 comentario:
MAría se convierte en capitana de un barco de gran envergadura que deberá llevar a buen puerto sin olvidarse de si misma. Tarea difícil aunque no imposible para esa María que ya ha cruzado sola un oceano pleno de dificultades.
Ánimo a todas las Marías a las que la protagonista representa de una forma u otra. Y ánimo a quien lo escribe para que algún día se atreva a dar el salto a la publicación de ese libro que poder compartir.
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