viernes, 1 de marzo de 2013

Vaya tropiezo...


Pues eso...tropiezo...
Tarde de necesario contacto con la naturaleza mas cercana a nuestra ciudad, al lugar donde resido. Escapada, ya habitual en mí, por los bosques de este majestuoso parque natural que tenemos la suerte de disfrutar los urbanitas de mi ciudad. El Parc Natural de Sant LLorenç i Serra de l´Obac.
Un muy pequeño recorrido que me lleva hasta la casa de la Mata y donde puedo observar desde los Pirineos hasta Montserrat, desde el Montcau hasta la Serra de Collsarola.
No tiene nada de especial, pero es mi pequeño gran altar, desde donde observo, contemplo, admiro, me deleito.
Es una tarde extraña, hace unos días ha nevado, todavía quedan rastros de nieve, y en el cielo nubes grises.
No corre el aire, y me siento debajo de la encina, en mi trono rocoso. Después de unos minutos me doy cuenta que el silencio es absoluto, casi podría decir que escucho el silencio, impresiona pero me hipnotiza.
Decido retomar el camino de retorno cuando noto mis posaderas frías. Comienzo el camino de bajada entre encinas y tierra mojada, entre hojarascas y bellotas, a un lado y al otro el silencio se mantiene, la tierra removida y restos de hielo. Miro, remiro y vuelvo a mirar, tengo la tentación de sentirme sola, pero este silencio y este entorno siempre me recuerdan que es plenitud lo que vivo, que puedo disfrutar de ello, que puedo agradecer esta majestuosidad en mi vida y me complazco de esta mi suerte.
Sigo bajando... y.... ohhhhh....
De repente mis pies , mis piernas, mi cuerpo se paralizan, mis ojos fijan la mirada ante la visión de algo que me deja perpleja, algo a lo que lo que no puedo dar crédito, mi mente niega la evidencia, busca subterfugios y me dice :
-esto no es verdad, lo que estas viendo es un simulacro...esto que ves es un animal disecado...
Mis ojos tropezaron con sus ojos, nos miramos, nos reconocimos, su inmensa mole hizo un pequeño movimiento, a lo que yo respondí con una huida lenta pero segura hacia la encina mas cercana.
En ese preciso instante me dí cuenta que ese tremendo jabalí era totalmente real, gris, marrón, enorme, majestuoso y también temeroso de mi reacción.
Nos escrutamos durante unos segundos que me parecieron una eternidad...y cuando él decidió cruzar delante mío para esconderse entre las encinas del bosque, yo intente sin mucha suerte sacar la cámara de fotos. Este era un encuentro secreto...nadie debía tener constancia de ello. Esta belleza tenía que ser intima, sin testigos y de disfrute de los implicados en cuestión...jajajajaja el jabalí y yo.....
jajajajajajja....dios casi me cago las patas abajo!!!! tarde en cruzar el camino como cinco minutos, no sabía si bajar monte a través o seguir el camino ...
Por dios... si los guardias forestales estaban viendo la situación, yo creo que todavía están partiéndose de risa...vamos ....todavía estoy yo riéndome de la situación.
Ves....situaciones en las que para contemplar la naturaleza es necesario ir solo, o en silencio.Que suerte poder contemplar semejante animal!!!
Os pondría una foto del animal pero.... es que no estaba disecado.


2 comentarios:

raúl dijo...

qué lástima, esa foto hubiera sido impagable! menudo momentazo :)

Anónimo dijo...

Uff, que susto, no? bueno, seguro que el jabalí se asustó aún más que tu, jeje. Que esto no te impida volver a tu santuario...