jueves, 14 de junio de 2012

Calendario de Luna. Inflexión II


Diego y Claudia crecían bajo la atenta mirada de María. Ella se había dedicado por completo a su vida laboral, a su vida profesional participando en innumerables cursos de reciclaje , y en sus ratos de ocio continuaba aprendiendo, tenía un espíritu tranquilo pero curioso.
Ahora quería disfrutar de sus hijos, quería verlos crecer, verlos reír y llorar, verlos corretear, caerse y levantarse, quería compartir con ellos instantes fugaces y pequeños, instantes de miradas asombradas y brillos atrayentes.
Raúl disfrutaba de su segunda adolescencia, hasta que se dio cuenta del amor que sentía por Paqui. Buscaba todos los momentos posibles para estar con ella, compartiendo música, llevando a Diego a la parada del bus escolar, haciendo inventarios, listas, proyectos en la escuela, y hasta rellenando los papeles de la renta de su hermana...
Su bagaje católico familiar, su cobardía y codicia fueron los impedimientos para que planteara a María una separación.
María espero, espero, espero...
Y de nuevo sus entrañas se ahuecaron, el vacío iba cogiendo espacio, así es que decidió dejar de culpar a Raúl de su infelicidad y dedico esfuerzos en buscar, en buscarse, en encontrarse, y en volverse a perder. Pero ahora ya sabía que todo dependía de ella.
Mientras Raúl disfrutaba siendo el gallo en el corral, María se adentro en terapias alternativas, y...
Oh ! suerte! encontró el lugar y las personas adecuadas.
Poco a poco María fue recobrando la feminidad perdida a causa de años de tedio y aburrimiento, su semblante se transformó, su mirada era profunda y alegre, recupero abrazos perdidos y besos no dados, palabras no dichas y sentimientos aletargados.
Decidió recuperar sus paseos silentes por el bosque, decidió recuperar los pinceles, esta vez sus trazos eran mas sutiles, mas simples, dando importancia a los espacios en blanco, a los vacíos, descubrió un mundo nuevo aprendiendo caligrafía y pintura china. De la misma manera que cultivaba su espíritu, también cultivaba su cuerpo, haciendo taichi y cocinando platos vegetarianos, aunque sin despreciar un buen jamón.
Este cambio sorprendió a todos, especialmente cuando ese verano decidió compartir cinco días en la naturaleza con desconocidos.

Hoy, noche de sant joan, noche de petardos, de fogatas y de hogueras, de amores, de deseos, de brujas, de intenciones de renovación y de limpieza...
En fin, a ver que es lo que yo echo al fuego...porque una y otra vez me siento tan sola, porque una y otra vez siento esta tremenda soledad, esta añoranza de no sé qué, porque brotan lágrimas de mis ojos aun sabiendo que no tengo motivos para sentirme desdichada, ¿porqué?. me duele la garganta y siento un calor interno que  irradia al resto de mi cuerpo, pareciera como si de un momento a otro fuera a arder, me fuera a convertir en llama...pero, que curioso, porque a la vez siento la fluidez del agua, la ingravidez del  aire, del viento... la gravedad, la toma del contacto de mi sexo con la tierra... y poco a poco me siento arremolinar como un torbellino ascendente pero inmóvil, y me duelen los omóplatos, la espalda, dios....y se me comprime el diafragma para luego romperse en mil pedazos...
Ahora siento tristeza, siento ausencia, pero no es desolación, o sí? 
Intentaré encontrar las respuestas que necesito en este retiro que me voy a permitir, que me voy a conceder, que me voy a trabajar.





 A pesar de su timidez, María enfrento sus miedos, y disfruto como nunca de su comunión con la naturaleza, fue volver al útero materno, a la gran madre tierra .
A la vuelta de esta experiencia María rebosaba felicidad, su tez  y su mirada reflejaban una claridad que sorprendió a su familia; algunos creyeron que se estaba metiendo en algún tipo de secta; la familia de Raúl no daban crédito, y la miraban condescendientemente, como quien mira a un loco inofensivo, falseando respeto por ella. Y Raúl ...
Raúl era el eterno ausente, aparentemente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin María se "desmelena".
Veremos a ver a dónde la conduce su incipiente desnudez, el reencuentro con "su niña" y con su poderosa mujer...

raúl dijo...

me alegra que maría explore nuevos caminos para tratar de ser feliz. se lo merece.

esti dijo...

Queda mucha vida por sentir y disfrutar. Maria es una mujer muy, muy valiente. Se ha enfrentado con sus propios miedos, los ha identificado, analizado, los asume y sigue adelante. BIEN POR MARÍA!!!!
No hay muchas personas como ella.