Calendario de Luna. Inflexión V

María sentía un profundo cariño por Raúl y Gonzalo le despertaba pasión. Esta vez no reprimió nada de lo que sentía, esta vez dejo que pasaran las cosas, esta vez decidió vivir. Vivir lo que quería vivir, asumiendo las consecuencias, descubriéndose y aceptando su sentir.
Leía cuando los niños ya dormían, se retiraba al  escritorio y subrayaba, tomaba apuntes y volvía a leer...luego ya en la cama, y acostumbrada a no molestar el sueño de Raúl, se ponía los auriculares y escuchaba mantras, música clásica y alguna que otra meditación dirigida.

“ La belleza de enfrentar la vida sin estar preparado es inmensa. Entonces la vida tiene novedad, juventud, entonces la vida tiene un flujo y frescura. Entonces la vida tiene tantas sorpresas.

Y cuando la vida tiene tantas sorpresas el aburrimiento nunca se instala en ti.”

“ Las mujeres sabias que siguen el Tao

no se preocupan de los asuntos de los otros

ni se juzgan a sí mismas según las normas de los demás.

Al vivir con simplicidad

honran sus propias normas.”

                                             TAO,65

Nos enfrentamos a una barrera de miedo, no al fracaso, sino a desarrollar nuestra suficiencia, lo cual podría alejar a las personas que amamos.

Nos da miedo ampliar nuestro poder y de abrirnos a nuevas posibilidades por temor a lo que los demás piensen.

Nos pasamos gran parte de la vida anticipándonos a los deseos de los demás y es así como queremos ganarnos su amor, su afecto.

La verdadera fortaleza es la aceptación de uno mismo. La fortaleza es soltarse, ser uno con el proceso, sea cual sea, porque ese proceso puede enseñarnos cosas de nosotros mismos, por la alegría de hacerlo, por el poder del momento presente.

La fortaleza femenina esta en el poder de ser receptiva, abierta y estar vacía. Hay un falso dilema en el que pensamos que ejercer nuestro poder significa privar de algo a otra persona. Pero la vida rara vez es tan simple. Elegir para ti no significa elegir en contra de otra, puede abrir nuevas posibilidades para todo el mundo.

Extraído del libro EL TAO DE LA MUJER

-Que maravilla, ojalá lo tenga siempre presente!!!!


María dulcifico su carácter, aprendió a dirigir sus enfados y a responsabilizarse de sus emociones. María rebosaba alegría, disfrutaba sonriendo,  sin darse cuenta sus ojos  desprendían claridad , su semblante era el de una mujer serena, pero sobretodo VIVA.
Mientras María era ajena a todo el terremoto emocional por el que estaba pasando Raúl, este se dedico a ir tejiendo del derecho y del revés múltiples capas, zurciendo equívocos, remendando mentiras con sabor agridulce, ofreciendo manzanas azúcaradas pero envenenadas de la mas ruín de las traiciones.
Raúl consiguió que Paqui trabajara en la misma empresa en la que él trabajaba. 
Dejó muy claro a María las circunstancias pésimas por las que pasaba esta muchacha, necesitaba ayuda y él se la iba a dar, pero nadie tenía que saberlo, ni siquiera Carlitos, uno de sus amigos y que trabajaba con él ...
A él le había confesado el amor que sentía por Paqui, cuando un día por equivocación le envió un msm de amor...
-Ostras, ostras, ostras...putas teclas de móvil...y ahora como le explico esto a Carlos...

 Para Carlitos esa Paqui que trabajaba con ellos, la chica nueva que había entrado en la empresa,  no tenía nada que ver, era pura coincidencia, que se llamase igual que la Paqui de la que Raúl se había enamorado.

 Y María calló, no fuera a ser que Paqui tuviera problemas con el resto de compañeros de la empresa.

Raúl y Paqui vivieron momentos de tórrida pasión, en los oscuros y cálidos almacenes donde se controlaba el grado de humedad de las balas de lana, esperaban el momento oportuno, él ordenaba y distribuía al personal, procurando encontrar el momento oportuno, para subir a escondidas las escaleras de emergencias; ella se excusaba yendo en busca de un café. Y allí, en la oscuridad del almacén y en el silencio atronador de las máquinas daban rienda suelta a su sed de sexo húmedo y cálido. Se rebolcaban con ansia, enredándose , estremeciéndose, colmándose... Él solía encender el botón minúsculo de su MP·3, ese que introducía en el bolsillo izquierdo de su pantalón de trabajo, guardaba los auriculares y apretaba al play de grabación... grababa la respiración, los jadeos y los gemidos de placer de Paqui, con el trasfondo hipnótico y monótono del rugido acompasado de  aquellas enormes máquinas. Guardaba celosamente estas grabaciones.

Programaron encuentros aparentemente fortuitos con sus respectivas parejas, encuentros, ya habituales, en la parada del bus escolar donde sus hijos se trasladaban al instituto, reuniones escolares y cenas de final de trimestre.

Raúl sentía cada vez mas un ansia que desbordaba todas sus expectativas, y fue cayendo en un profundo pozo...

 Cuando Paqui le confeso que ella no sentía de la misma manera, que ella no estaba dispuesta a destrozar su matrimonio por  unos  momentos de sexo desenfrenado, Raúl se agazapo aún mas en los pasajes subterráneos de su alma, y se hundió adentrándose en la virtualidad de unos placeres imaginarios que le fueron agujereando los bolsillos...

Ahogaba su pena introduciendo una y otra vez las monedas que le sobraban de tomar el café matutino antes de iniciar la jornada laboral, sin apenas darse cuenta su mirada se extravió cada vez mas en los colores, los sonidos chirriantes de esos pretendidos premios...tres peras verdes y dos plátanos amarillos...dos limones y tres naranjas...dos limones, una ciruela y dos peras...

BINGO!!! cinco diamantes ....clinc, clinc, clinc, clinc, clinc, clinc, clinc....