Esta tarde, en la puerta de la escuela y esperando la vuelta de nuestros retoños ( hoy de excursión), un amigo me ha puesto delante de unas de mis acostumbradas y perplejas facetas, ante algo soporífero como es el título de este blog, descubro una segunda interpretación, si mas no, divertida...Fa...
Lo que en un principio liducidaba yo como la búsqueda de mi propio sonido,ese que nos acompañó mientras permanecíamos en la panza de nuestra madre, esos susurros amorosos, esas canciones con las que nos mecían, con los sonidos y las vibraciones que cobijaban nuestra alma...
La búsqueda de aquello con lo cual resuene, con lo cual vibre de forma armoniosa, sin esfuerzo, sin lamentos, sin reproches ni dolores, la búsqueda de mi propia voz, de la forma en que me comunico, y de la manera en que me siento en mi propio trono, ¡emponderación!.
Ser consciente también de los silencios atronadores, de los silencios queridos, de los anhelados, de los sentidos y también de los estruendos mas paralizadores...
Jajjajajaa....suena rimbombante ¿no?
Pues nada, este amigo me ha hecho ver lo gracioso del título...jajjajajajaaajajjaja...." el frescor salvaje de los mares del Caribe" jjajajajajajajjajaja!!!!!! ¡Qué bueno! Hemos echado unas risicas, oye, que siempre van bien, aligeran el alma, vacían mochilas y te colocan donde tienes que estar, viviendo el momento.
" Cada átomo canta constantemente una canción y es este tono el que crea formas más sutiles o densas de mayor o menor densidad."
LAMA ANAGARIKA GOVINDA
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