Y doy las gracias por estar viva, por seguir aquí, por poder vivir lo que quiero vivir, por sentir el amor de los que me rodean, por poder compartirlo, por servir, por ser libre, por ser válida tal cual soy. Por saberme perfecta en mis debilidades, en mis defectos, en mis enfermedades, en mis accidentes...
Por un momento voy a divagar con mi ego, y sí...me duele tu silencio, ya no me prestas atención y ya sabes...espejos...no te presto atención...
Esta claro que has roto el vínculo, y eras tú el que preconizabas el Amor a diestro y siniestro...¿dime en que he podido fallar...
Jajajajjjaaja....ya estoy sentándome en la silla del victimismo, curioso los vericuetos de nuestro ego...
Para mí sigues siendo importante, te sigo prestando atención incluso en la distancia, y... no me hables de apego...se da cuando algo o alguien es realmente significativo para ti y fíjate que digo significativo que no exclusivo.
Creo que debieras aclararte tú antes....toma esa....ahora al ataque....este ego!!!!
Supongo que nuestro ultimo encuentro exclusivo ha marcado un antes y un después. Si es así quisiera saberlo... Me dirás que te cedo mi poder, pero eso significa que tú también lo perdiste. Hemos perdido los dos..¿eres capaz de volver a encontrarte conmigo sin expectativas? ¿dejandote fluir?
Y por otra parte... creo que mi problema, si es que es un problema, ya no lo veo como tal, es que empiezo a entender o sentir cosas diferentes con respecto a mi sexualidad, y tienen que ver con el Amor, Muerte, Locura... No sé..."
Gonzalo fue el revulsivo que María necesitaba para tomar las riendas de su vida y que estaba dejando en la mas absoluta inconsciencia.
Y a pesar de darse cuenta de que lo que había entre ellos era algo que no podían definir, decidieron dejar de verse en exclusividad, transformaron esta relación en una inclusión de todas las personas a las que amaban.
Disfrutaron de encuentros amistosos, de caminatas, de tardes de cafés, de juegos, de risas, de compartir alegrías y tristezas, de compartir situaciones y problemas. De compartirse.
Curiosamente María aprendió y quiso querer a Silvia, la pareja de Gonzalo. Sentía por ella un profundo respeto, la conocía sin saberlo, a través de las palabras de Gonzalo, y podía entender todo su sufrimiento, resonaban en ella algunas de las pérdidas de Silvia, se sentía hermanada, podía entender el sentimiento de vacío y ausencia.
María como todas las mujeres de su familia formaba parte de un clan, mujeres que a lo largo de la historia, habían ido traspasando de unas a otras maneras de actuar, de entender la vida , de sufrir y de gozar. Y ahora era el turno de María, ella sin saberlo hacía honor a todas sus antepasadas, se sentía responsable del dolor ajeno, y olvidandose de si misma, transformo lo que sentía cual alquimista medieval.
2 comentarios:
qué maravilla de canciones has elegido para este episodio. preciosas.
Esperemos que se olvide solo por momentos si misma... Después de la árdua batalla que ha librado por reconquisarse sería una pena!
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